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Automatización de procesos incorrectos: uno de los errores “capitales”

Para sacar el máximo provecho de las ventajas que ofrece la automatización de procesos, resulta fundamental adoptar un enfoque estratégico que no solo se centre en la implementación de tecnologías, sino que también busque cuidadosamente evitar la introducción de complejidades innecesarias que puedan generar ineficiencias en los procesos empresariales. 

Consideraciones para evitar una incorrecta automatización de procesos 

Tener en cuenta estas consideraciones que explicamos a continuación antes de embarcarse en la automación de procesos, garantizará que tu organización tome decisiones fundamentadas y evite la automatización de tareas incorrectas, optimizando así la eficiencia y la productividad a largo plazo.

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Contexto dinámico y frecuentes intervenciones humanas

Automatizar procesos o contextos que experimentan cambios frecuentes y/o intervenciones humanas regulares puede no ser la elección más adecuada. En los escenarios dinámicos, la automatización puede no ser tan efectiva debido a la necesidad constante de adaptación a las fluctuaciones y a la imprevisibilidad de las circunstancias. 

En situaciones similares, es preferible considerar la automatización de procesos como un soporte o apoyo, ya que su eficacia es más destacada en entornos estables y predecibles. 

Procesos no bien documentados o comprendidos

Automatizar procesos que carecen de claridad o no están adecuadamente documentados puede generar resultados impredecibles y problemas operativos. Para garantizar una automatización efectiva, es esencial comprender completamente el proceso en cuestión antes de automatizarlo y documentar el proceso.  Esto implica realizar un análisis exhaustivo para identificar todas las etapas, interacciones y posibles desviaciones que pueden ocurrir.

Flujos de trabajo incoherentes y complejos 

Automatizar procesos que involucran flujos de trabajo intrincados o decisiones complejas puede no ser la opción más adecuada. En tales casos, es recomendable considerar la automatización de solo partes específicas del flujo, reservando las decisiones y las interacciones más complejas para la intervención humana. Este enfoque tiene el potencial de reducir errores y simplificar la gestión de procesos.

La razón detrás de esta estrategia radica en que la automatización tiende a funcionar mejor en tareas repetitivas y predecibles, donde las reglas son claras y constantes. Cuando los procesos implican decisiones que requieren juicio humano, o cuando los flujos de trabajo son altamente variables, la automatización completa puede llevar a resultados no deseados o ineficiencias.

Flexibilidad y adaptabilidad en la automatización de procesos

La flexibilidad y adaptabilidad son dos aspectos fundamentales en la implementación exitosa de la automatización. Es esencial que los sistemas y procesos automatizados puedan ajustarse y adaptarse a cualquier cambio en el entorno empresarial o en los requisitos operativos.

Por lo tanto, al planificar la automatización, es necesario establecer procesos de revisión y actualización regulares para garantizar que la automatización siga siendo relevante y efectiva en un entorno empresarial en constante cambio.

Colaboración entre hombre y robot

Sin lugar a duda, la mejor estrategia a adoptar es encontrar el equilibrio adecuado entre la automatización y la intervención humana. Para lograr este equilibrio, se recomienda enfocarse en la automatización de tareas repetitivas y monótonas que requieran poca o ninguna toma de decisiones creativa. Al mismo tiempo, se debe reservar la intervención humana para situaciones que demanden comprensión contextual, pensamiento crítico y creatividad.

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Esta estrategia aprovecha las fortalezas de ambas partes: la automatización para tareas rutinarias que pueden realizarse de manera más rápida y precisa por sistemas automatizados, y los seres humanos para situaciones que implican juicio, interpretación y creatividad. Al seguir este enfoque, las organizaciones pueden lograr una mayor eficiencia en las operaciones rutinarias, al tiempo que mantienen la capacidad de adaptación y resolución de problemas que ofrecen los empleados.

Además, al liberar a los empleados de tareas tediosas y repetitivas, se les permite centrarse en actividades que aporten un mayor valor, como la innovación, la toma de decisiones estratégicas y la interacción con clientes y colegas. En última instancia, esta combinación de automatización y habilidades humanas puede conducir a una organización más eficiente y competitiva en un entorno empresarial en constante evolución.

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